Se me ocurre que no todo fue tan feliz como yo he tendido a pensar que fue. Todos hemos querido creer que fue el mejor de los tiempos pero sólo fue eso: tiempo, algo más que la suma de los años, un inmenso vacío de recuerdos y deberes y traumas y silencios que nos han hecho ser lo que somos, no lo que hemos querido ser. Ese tiempo, nuestra época, está llegando a su fin.
Por favor, rebobinar
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Guillermo Acuña
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Macondo y Latinoamérica
Que una obra literaria como Cien años de soledad sea posible encasillarla dentro del realismo mágico no significa que carezca de un significado, que no trascienda de lo inverosímil a una realidad alejada de la ficción y representativa de procesos históricos y sociales de nuestro continente. Por lo demás, en la novela se expone de forma límpida la metáfora de lo americano, de su proceso de conquista tecnológica que ha subyugado a todo un pueblo, y en definitiva, ha ido desgastando e irrumpiendo en una identidad que va poco a poco sufriendo una metamorfosis que la va destruyendo a sí misma.
Desde comienzos del desenvolvimiento de los personajes dentro de la obra es posible apreciar en ellos características propias de los habitantes de esta región del mundo, características del humano resultado de la intervención de los colonizadores españoles en América, que ejercieron dominio sobre los nativos y que finalmente dieron paso a un pueblo llano, hombre común, cargado de supersticiones y anhelos, de inocencia, sueños y soledad: un José Arcadio que intenta escapar de una realidad que lo somete y avergüenza y una Úrsula que defiende su castidad por miedo al castigo de un mito popular.
Se funda Macondo bajo la esperanza de la tranquilidad y paz dentro de una tierra no prometida pero que anhela ser el nido donde se refugiarán los problemas de los que sus habitantes escapan. Pero esa tranquilidad comienza a ser coartada con la llegada de los gitanos, y la erupción que esto comienza a provocar pasa desapercibida, y no es posible captar para sus protagonistas, maravillados por el descubrimiento de lo desconocido, el momento en que la brecha que los aferraba a su pueblo comienza a expandirse. Los gitanos representan el inicio de la invasión tecnológica, el inicio del dominio y la locura del pueblo americano por el desarrollo global, buscando la imitación y la fascinación por los descubrimientos e inventos, y en general, una admiración hacia lo extranjero, por considerarlo avanzado y superior. Este proceso se ve potenciado aún más con la llegada de Apolinar Moscote, la llegada de la imposición de un gobierno dentro del pueblo, el lazo que anexa Macondo con el resto del país; un gobierno conservador que termina por unir Macondo a sus dominios, el pueblo soñador, el pueblo de la esperanza, el pueblo en paz, pasa a ser una parte más del estado moderno. Es menor la cantidad de personas que se dan cuenta de la situación y que comienza a manifestar su descontento, entre ellos, el coronel Aureliano Buendía, que encabeza el poder del liberalismo que se intenta desprender del régimen conservador que los somete, dando inicio a innumerables guerras civiles, foco que coincide en gran medida con los inicios de una lucha política-social del descontento americano.
Llega poderosamente la revolución industrial, llega el cine, llega la compañía bananera, se forman las primeras empresas privadas de trabajo capitalista dentro de Macondo, la dependencia económica entre el gringo productor y el obrero; Estados Unidos comienza a posesionarse de la gran economía en toda América, llevando consigo la mentira de las buenas intenciones para tomar el control económico, y finalmente el control de las condiciones de vida de los americanos que ciegamente confían su desarrollo intelectual y social en los sujetos que visten bien, hablan otro idioma, son los pioneros en tecnología y que persuaden con su formalidad. Este nuevo sistema económico que rige Macondo es el causante de la diferenciación social, cuyas consecuencias se ven reflejadas a lo largo de todo el siglo XX en nuestro continente. El enriquecimiento de unos pocos, los que están a la cabeza, la burguesía, y el empobrecimiento de un estado llano, que por sus condiciones socioculturales se ve impedido de ser algo más que un simple obrero que trabajará y luchará por sobrevivir y sostener de un modo precario el escenario de su núcleo familiar. Es aquí donde aparecen los dirigentes sindicales como José Arcadio Segundo que comienzan a manifestar el descontento hacia los dominantes, uniendo a toda una clase en la lucha social; la misma lucha que actúa como motor impulsante de las revoluciones que se llevan a cabo en América principalmente en la primera mitad de siglo, condicionado con el reflejo de la persecución hacia los revolucionarios ( no lejano a la realidad hispanoamericana del siglo pasado, como así sucede con importantes personajes que conocieron la muerte por llevar consigo ideales revolucionarios: claro ejemplo, Ernesto Guevara y aún más cercano, en Chile, la matanza de Santa María en Iquique ), como lo fue en Macondo la muerte a los Aurelianos para eliminar vestigios de la revolución liberal, y como más tarde sucede con la muerte a los tres mil trabajadores que se sublevan en una lucha de clases ante la compañía bananera, viviendo una verdadera dictadura que elimina de raíz el influjo del pensamiento detractor que pueda atentar contra el quietismo y contento de una clase sin mayores preocupaciones y que domina en el circuito social.
Más allá de una representación de los conflictos políticos y sociales de Latinoamérica, Cien años de soledad es un manifiesto del hombre americano como tal, de sus pasiones y virtudes, de sus defectos y ambiciones. Gabriel García Márquez plasma el comportamiento del sentimiento latino, de la pasión latina, del amante enardecido, del latino apasionado que contribuye a dar vida no sólo a la metáfora de la historia humana y social de un continente, sino que, sin duda, quisiéralo o no, da vida a uno de los cantos enciclopédicos que relatan lo que es realmente América.
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Risas temporales
Los niños seguían bailando Reggaetón en el pasaje. Me intenté desprender de mis temores y te busqué donde me imaginaba que podrías estar: aquella banca gris inmersa en la soledad de la plaza, nuestra banca gris,en donde nuestros labios se convirtieron en humo por primera vez. En vano busqué tu sombra, en vano miré a ambos lados, en vano te busqué...Los niños jugaban y reían.
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Placer & Sentido
Mis impulsos, mis impulsos...siempre me llevan a ser un asesino intelectual, un destructor de memorias e ideales, me conducen a detonar lo sofocante. De mis impulsos derivan arrepentimientos, razón...El deseo, la rabia, la euforia, los instintos...son superiores a una conciencia estática idealista. Voluntad de placer no es sólo volcar tus instintos carnales....es ser vencido por los impulsos que nos agobian, y en un instante, ciegamente, destruir para siempre lo que choca contra nuestro estado: liberar nuestras restricciones morales para sentirnos plenos momentáneamente, para ser opacada posteriormente por la racionalidad de lo no absurdo. El sentimiento de culpa no es sólo una condición moral, es el miedo a la pérdida de conciencia en el actuar, subyugada a un impulso-irracional-incontrolable.
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El partido
Llegué tarde. El Flaco y El Pelao ya se tomaban la primera cerveza de la tarde. - Me atrasé un poco, ¿cómo estuvo el partido?- pregunté mientras me sacaba el gorro.
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El poder, el individuo y la sociedad ( fragmento)
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Una identidad que abre las puertas de la sociedad.
Recogió nuevamente los interminables papeles y avanzó. Se detuvo frente el quiosco de periódicos y sacó dificultosamente una moneda de su bolsillo para conseguir el último chocolate del mostrador. Sus pasos jóvenes, lentos y cansados no despertaban mayor asombro entre una multitud habitual que pasaba aglomerada, con cara de pobres infelices, secuelas de frustración inexpugnable. O al menos eso creía él. Sus ojos lánguidos no distinguían formas ni colores, por lo que era incapaz de darse cuenta que los rostros de odio lo observaban de reojo y su semblante se tornaba compasivo por aquel muchacho que cargaba tan pesada insignia. Los más recatados lo admiraban perplejos, intentando conservar las facciones del quien seguramente sería un personaje ilustre del mañana. Incluso los más impertérritos sumían su odio indiferente en una envidia resentida hacia la pequeña máquina condicionada que con cada paso escalaba sobre el precipicio en el que medianos y bajos atisbaban un evidente desequilibrio que los haría caer.
Repasaba con la mente la planificación de los quehaceres, presintiendo que debería anteceder un par de horas a sus planes, ya que la extenuación no disminuía. El bus al que acababa de ascender estaba colmado como era frecuente, los pasajeros con disimulo llevaban a cabo sus impresiones reiteradas sobre el chico. Una mujer de unos treinta años fingió dormir, mientras el anciano que estaba a su lado se levantó a penas, apoyado en su bastón.
- siéntate muchacho, pareces abatido.
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La sociedad y el invidviduo ( fragmento).
El Problema de qué es lo primero, la sociedad o el individuo, es como lo del huevo y la gallina. Ya se le trate como interrogación lógica o histórica, no puede formularse respuesta alguna que, de una u otra forma, no haya de ser impugnada con una afirmación opuesta, igualmente parcial. La sociedad y el individuo son inseparables: son mutuamente necesarios y complementarios, no opuestos. Ningún hombre es una isla, completa en sí misma, todo hombre es una parcela del continente, una parte del conjunto. Este es un aspecto de la verdad. Por otra parte, "los hombres cuando se les junta, no se convierten en una sustancia distinta". Claro que no. Mas la falacia está en suponer que existieron, o tuvieron una sustancia cualquiera, antes de ser juntados. En cuanto nacemos, empieza el mundo a obrar en nosostros, a transformarnos en unidades sociales, de meras unidades biológicas que éramos. Cada uno de los seres humanos, en cada una de las fases de la historia o de la prehistoria, nace en el seno de una sociedad, que le moldea desde su más temprana edad.
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Video: Dead Bodies.
Video realizado en conjunto con Radiokid hace algún tiempo. Disfrútalo y comenta.
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Instrucciones para viajar en metro a las 7 de la tarde desde Universidad de Chile hasta Puente Alto.
Luego de superar la fila de 5 minutos para poder pasar
Tienes dos opciones: descender en Baquedano o sigues hasta Tobalaba. Si optas por lo primero, al realizar la combinación con Línea 5, debes avanzar hasta los primeras puertas, ahora, como quién busca un tesoro, ponte justo al frente de donde está el límite entre el espacio que conduce a las escaleras y el muro de cerámica de color rojo opaco, mira hacia la línea, avanza dos pasos a la derecha y luego repite la técnica de Universidad de Chile, hasta que el guardia te llame la atención. Cuando llegue el tren, deja bajar antes de subir, pero no seas tan cortés, ya que puede que no alcances a apoyar tu espalda en algún lugar sólo para ti, e irás maldiciendo a la gente y al espacio y a la comunidad todo el camino, ya que tendrás un viaje tormentoso. El viaje permanecerá en quietismo cerca de 20 minutos, por lo que es necesario llevar un libro o algo de música para entretenerte. Te bajas en la última Estación, Vicente Valdés, aquí es donde te dices : “quiero llegar a mi casa, quiero llegar a mi casa, por favor, Dios existe”.Normalmente, a esta hora, las puerta abren por el lado izquierdo según sentido de marcha del tren; escucharás al guardia que dice : “ Puente Alto al final del andén” , pero como tú venías al principio del andén te recomiendo prepararte físicamente para subir interminables escaleras manuales ( tienes que ser muy ágil y hábil para poder esquivar al gentío que viene en sentido contrario), combina con línea 4 dirección Tobalaba y luego guarda energías para realizar un verdadero cambio de andén, llegarás a la dirección Puente Alto y tendrás la impresión que tendrás el viaje más incómodo de tu vida, pero descuida, no siempre es así. Avanza al primer carro, a la primera puerta, la que da justo al conductor, o vete al final, el último carro; por cuestiones psicológicas la gente tiende a quedarse al medio del andén y muy pocas veces apuesta su viaje a los extremos. Obviamente irás incómodo, pero más cómodo que en otros lugares del tren, pero no te preocupes, son pocas estaciones y por fin podrás encontrarte con tierra, con el contaminado ambiente, con la calle, los autos y las micros.
Si decides bajar en Tobalaba, el principal problema será combinar, precisamente con Línea 4, será uno de los pocos problemas que tengas, pero suficiente para arrepentirte de viajar tan tarde y para anhelar llegar a tu casa o más aún, llegar al andén de Línea 4 lo antes posible (te gustaría ser un personaje de ficción, y comienzas a envidiar a Gokú por poder teletransportarse, de hecho, pones tus dedos en la frente, y sin resultado, vuelves a la realidad). Lo único que debes hacer es avanzar hasta el primer carro y esperar, esperar trenes, que se suba la gente que está delante, y luego, como en el tercer o cuarto tren, puedes ingresar tú. Te recomiendo, como siempre, depositar tu espalda egoístamente en una de las puertas, y si no sube mucha gente, siéntate y hazte el dormido, por supuesto, ponte a escuchar música o a leer. El siguiente problema será levantarte o moverte de forma violenta en Vicuña Mackenna, ya que la apertura de puertas es por el lado izquierdo, suben dos o tres personas. Luego, en Vicente Valdés deberás resignarte a continuar el viaje un poco más apretado las siguientes estaciones.
Cuando llegues a la estación de destino aprovecha de cargar tu tarjeta si es que aún no lo has hecho, luego, abrúmate, porque deberás tener mucha paciencia mientras esperas infinitamente la micro que te deja cerca de tu casa, y, por supuesto, no será un viaje cómodo.
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¿Cómo resistir una hora de viaje cotidiano?
Odio el metro antes de las 9 AM y después de las 5 PM, odio estar en contacto con gente desconocida, odio sentirme encerrado, ahogado en el calor humano, odio el sonido de las puertas, de los timbres, de los frenos, de los murmullos. Odio ver millones de cabezas a mi alrededor luchando y empujando por una causa individual. Odio la incomodidad, sin embargo, sin quererlo, estoy tan cercano a ella, y no puedo escapar. Odio
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El mundo cae, estoy de pie.
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