¿Cómo resistir una hora de viaje cotidiano?

jueves, 14 de junio de 2007


Odio el metro antes de las 9 AM y después de las 5 PM, odio estar en contacto con gente desconocida, odio sentirme encerrado, ahogado en el calor humano, odio el sonido de las puertas, de los timbres, de los frenos, de los murmullos. Odio ver millones de cabezas a mi alrededor luchando y empujando por una causa individual. Odio la incomodidad, sin embargo, sin quererlo, estoy tan cercano a ella, y no puedo escapar. Odio la Estación Vicente Valdés en horarios punta, odio su congestión al realizar la combinación con Línea 4, odio sus escaleras mecánicas que siempre a esa hora se encuentran malas, odio cuando las puertas abren por el lado izquierdo y debo perder cerca de 10 minutos en la combinación, junto con el cansancio, el sueño, la rabia y la desesperación. Odio las señoras gordas que empujan, sus bebés que lloran, sus coches que ocupan todo el último andén. Odio los guardias que te privan más aun de la libertad de poseer tu propio espacio… Amo Santiago y su gente.

3 comentarios:

Plastic Girls dijo...

A veces lo que odiamos no es mas que un reflejo de lo que mas nos ata a nuestro ambiente.
Sera que nos sentimos encerrados y bajo presion a cada momento?
sera que nuestros dias transcurren bajo el encierro?

te qeuiro (K)

Anónimo dijo...

oidio el metro 88! me kargan las masas :| a ecepcion si son estadios o recitales :D!& sabi se te nota musho ke eri tan poko expresivo :|, ayyy eres komo tan especial :H! ayy es tan estupido mi komentario :B
kuidate :D

Francisco Larrañaga dijo...

Coincidimos perfectamente en base a esta perspectiva memo. Un texto que subí hace un par de días atrás refleja ese proceso de deshumanización. Aquel proceso de abulia máxima provocada por las masas condicionadas, la rutina, el hedor corporal de los desconocidos y sin embargo familiares en el tránsito diario día a día a nuestros destinos.

Es dificil asimilar que la existencia tiene fecha de caducación, es decir, cuando expiramos todo termina, todo acaba. No existe la vida perdurable y lo curioso es encontrar el sentido y la embriaguez a la existencia y eso puedo lograrlo por mí mismo y en conjunto con personajes precisos, una retroalimentación producto de las experiencias que me fascina reunir. Cada minuto con su aventura y con constante devenir.

Me encanto tu blog, espero podamos compartir opiniones sobre tópicos y redacción.